Relojes de Cuarzo
Los primeros relojes de cuarzo se empezaron a fabricar a partir de los años 60 cuando se logró fabricar mecanismos diminutos que podían ser utilizados en los relojes de pulsera.
Un reloj de cuarzo posee un circuito integrado formado por un gran número de componentes electrónicos reunidos en una superficie muy reducida. La división del tiempo la realiza un oscilador de cuarzo que vibra por medio de una fuente de energía constituida por una pila. La alta frecuencia de oscilación hace posible una indicación exacta del tiempo, la discrepancia no sobrepasa un minuto al año.
Los relojes de cuarzo los podemos dividir en
Relojes analógicos: si indican la hora por medio de agujas
Relojes digitales: si nos indican la hora por medio de números (generalmente gracias a las propiedades de los cristales líquidos)
Recientemente la combinación de los relojes mecánicos automáticos y los relojes de cuarzo ha dado lugar a un nuevo tipo caracterizado por funcionar como uno de cuarzo pero que se recarga con el movimiento.
Una masa oscilante similar a la de los relojes automaticos hacen actuar un minigenerador que transforma la energía mecánica en energia eléctrica que se acumula en un condensador. El resto del mecanismo del reloj se comporta como un reloj de cuarzo tradicinal.